Se alzan los carteles, se alzan en las noches permitidas; Lourdes, Kouri, Villarán, se alzan en coro: “¡vota por mi!”. Digamos que ser bombardeados de propaganda política no es del todo negativo, en cada ruta no solo vemos caos visual, o fealdad de nuestras meadas paredes, sino oportunidades para escoger y elegir bien a los candidatos, aproximarnos más. Al igual que la publicidad, la propaganda vende, pero vende ideologías (la primera vende servicios/productos), creencias políticas que nos puedan convencer, persuadir. ¿Cómo nos convence? Porque están en todos lados. El candidato que tenga más paneles y afiches, es decir, más alcance, generará mayor recordación, y este beneficio lo saben muy bien los políticos, saben que así se debe de convencer a los apolíticos, con propaganda. Preguntante, ¿Cuáles son tus candidatos a la alcaldía de tu distrito, o de Lima? Respuesta: Tus candidatos son los candidatos de los medios. Pero no pretendo generar “conciencia” política dentro de un desinterés apolítico. Me interesa más analizar no a nosotros, señores apolíticos, sino a las estructuras que nos determinan; a la propaganda política. El análisis de propaganda de hoy será sobre el distrito de Surco y sus tres principales postulantes: Javier Baraybar, Juan Manuel del Mar y Omar Montoro. Antes que nada no deseo criticar la política o las propuestas para la alcaldía surqueña de estos candidatos, deseo únicamente efectuar un análisis básico (sintáctico) de las lecturas y de los discursos: Señores politicos ¿Quieren jugar con apolíticos?: aprendan a jugar con apolíticos.
Del Mar:
Un apolítico no se detiene en las propuestas, se detiene en cómo se ve la propaganda política. Primero el mensaje literal: “Porque Surco es salud” “En surco se vive bien”. Para alguien que sabe que Del mar es el alcalde actual de Surco !perfecto! !bingo!, el mensaje ha llegado. Pero para nuestros apolíticos en potencia ¿saben quién es el alcalde de Surco? El mensaje “En Surco se vive bien” colapsa, pierde sentido y hasta se permite una lectura: “¿si se vive bien, por qué tengo que votar por ti?" Existe un mensaje icónico codificado. Presten atención a la imagen. En toda la campaña gráfica de Del Mar se puede registrar un sentido binario que se expresa de la siguiente manera:
En este afiche en particular el candidato, invertirtiendo plata, y evitando un trabajo a lo “Wilson”, decidió quizá ser asesorado por un buen fotógrafo, un artista de la imagen. Precisamente ese fue el problema, en propaganda y en publicidad, el arte no puede intervenir. En el arte, el autor de la obra puede dejar a entrever no una sola lectura de su creación, sino muchas, se puede convertir, como decía Eco, en una obra abierta. Pero en propaganda y en publicidad (un poco para evocar a Barthes) la significación de la imagen es sin duda intencional: lo que configura a priori los significados del mensaje son ciertos atributos del candidato, y estos significados deben ser transmitidos con la mayor claridad posible, la propaganda, por tanto, debe ser franca en su mensaje. Vean bien esta otra imagen, de la misma campaña:
Existe una técnica fotográfica sumergida en el panel: la sensación de profundidad de campo, el llamado fuera de foco. Y aquí el binarismo se hace presente, ¿Cómo esta vestido del mar? Con camisa, aplaudiendo cual bailarín flamenco (otra lectura posible) que acentúa aun más el carácter /lejano/ y opuesto a las personas detrás suyo, dándoles la espalda, lejano a ellos, disjunto de ellos, su color azul esperanza y tranquilidad y “todo esta bien” se disocia de la organización de sentido de su imagen. La proximidad entre Lo /pobre/ y lo /rico/ no se da, al contrario, no se habla de una vinculación entre los elementos porque no hay proxemia física, hay, por el contrario, aislamiento, lejanía:
La oposición nace en la imagen sin que el autor o el candidato sepan que significa, o qué sentido le otorga el votante, aquí nace lo que se llama semióticamente “axiología”, el votante le otorga un valor a esta distancia, le otorga una categoría timica y la tacha como negativa, como perjudicial, la lejanía, la no unión, hacen del candidato un desinteresado del “pueblo”, por tanto, menos votos para el señor Del Mar, por tanto, comunicación deficiente. ¿Creen los políticos que esto genera distinción, glamour, mayor captación visual? Con esto, un artista no debe aconsejar en una campaña política-comunicacional.
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