Suspiritos azules


Fotografía: Pedro Zamalloa García
Por: Cedric Cáceres

Ponernos a pensar en las excusas que tenemos en el bolsillo, saquear con la lengua la poca confianza que les quedan a los que nos rodean, malherir las suceptibilidades, sonreir con saña y premeditacion cuando los demas - aun llorosos- niengan sus cristos y sus cruces. Sabernos para nosotros mismos que guardamos dagas en los pechos de quienes mas nos quieren.

Mama, papa , hermano, amigo

y aun asi poder despertarmos todas las mañanas , iluminados!.

Sin esquinas oscuras atestadas de arrepentimientos. Sin nada sobre la piel, sin endulzarnos la sangre seca que nos embalsama los pantalones de noche anterior. Poder respirar hondo el incienzo que nos pudre el nombre mal pronunciado al momento comulgo de fingir amar. Ser malhechor , truan, infanticida. Tener en la mano escrita la mala suerte de los casi vivos, palidos y acuosos. Sentirnos vivos en las miradas incredulas de quienes nos contemplan como siempre desenfadados.

Decir que el sistema natural de la vida es tan solo embarrarse la garganta con lenguas ajenas, y pensarnos, como siempre, por encima de esa marejada de filantropicas manos hambrientas de rostros, desexisten dulces que ensalsar. Ser indomito, comportarse como tijera y no soñar mas con el Paris con aguacero o prostitutas con sabor a cucharitas.

Mojarse los labios, morderse las plumas y despertar!

Acuñar lazaros de retardos mental al borde del espejo.

Violar a quien mas te quiere, llenar vagina de amantes ironias.
y ser feliz.
feliz
feliz
Con la lluvia la hombro
zapatos lustrados
acentos de etér
suave humor.

Iluminados! siempre iluminados.
Sin brazo! iluminados!
Sin alma! Iluminados!
con la cama
demonios de madera!

inodoro de sombrero.
demonios de madera!

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