Las guitarras mestizas y una añoranza tradicional

Por. Pedro

Tres castañuelas rebotan entre sutiles vibraciones e invitan al primer acorde a seguir sus pasos. Seis cuerdas vibran y producen una melodía que se eleva hasta que un cajón peruano da su primer golpe seco y lo sienta sobre una caja de cervezas que ya tiene menos de la mitad del refresco. Alguien se afina la garganta aguardentosa, y la primera guitarra pasea por una escala mayor que lo lleva hasta el hoyo donde se guarda el corazón. Cuatro señores esculpidos en las añoranzas de tradición, cuatro majestuosos músicos interpretando alegrías y poemas en un bodegón, una llamada a las tías de la vuelta y diez porciones de anticucho para al fin dar por entendido que esto es una jarana criolla, de aquellas donde se sirve pisco y lo hacemos humo.
Esta es una para Felipe Pinglo Alva. Compositor, criollo, poeta y, encima, peruano. Más abajo les presento la canción “Sueños de Opio” (les recomiendo con todo el corazón leerla) en ella evoca toda aquella juventud rebelde en verso que caracterizó sus composiciones. Un pequeño espacio a quien se le debería agradecer por toda la música que nos identifica ahora. Pinglo y un año más de la celebración de la música criolla. Las guitarras mestizas y un año más de celebración de tener algo con que admirarnos.


Sobre regios almohadones recostada,
incitante me sonríe bella hurí
cual reina de que hablan los cuentos de hadas,
deslumbrante se presenta para mí.
Sus miradas son de fuego, me enloquecen;
ella me ama y me ofrece frenesí
en su rostro de querube o de Nereida
se adivinan deseos de goces mil.
Droga divina, bálsamo eterno
opio y ensueño dan vida al ser;
aspiro el humo que da grandezas
y cuando sueño, vuelvo a nacer.
Me vuelvo dueño de mil riquezas,
lindas mujeres forman mi harén
y en medio de ellas, yo adormitado
libando dichas, bebiendo halagos
entre los brazos de una mujer.
Primorosas odaliscas en mi torno
obedecen mi cariño de Rajá;
y sus mimos y cariños amorosos
son tributos de esclavas a su sultán.
Una y otra me suplican que las ame,
y les brinde mi cariño más sensual,
¡Oh, delicias que nos duraron tan sólo
lo que el opio en mi ilusión pudo forjar.

Stirner y el ateísmo peruano.

Por: Eduardo Yalán Dongo

Cuando en 1844 Europa conoció el célebre libro de Max Stirner, “El único y su propiedad” se desataría no solo un afán de conocimiento filosófico/hegeliano, sino toda la famosa ola de exploración religiosa/cristiana/judía. La mayoría de ilustrados comprendía que la religión ya no era mas un camino de Verdad y salvación. Los ilustrados mataron a Dios, y uno de sus asesinos fue Max Stirner. Amigo lejano de Engels y Marx, Stirner fue el que particularmente estuvo más preciso a la hora de desechar las nociones cristianas del dominio cultural.

La manera en que Stirner abordo a la religión fue totalmente diferente a la de sus camaradas Strauss, Feuerbach o Bauer que también desmantelaron el culto. Mientras estos últimos aplicaban la ciencia histórica/filológica para “descubrir” al cristianismo, Stirner partió en base a una suposición: la existencia de Dios como algo fidedigno, de aquí que el filósofo abordo a Dios basándose en el mito cristiano, en contra argumentar a Dios. He aquí el punto clave, cito: “Dios no se ocupa más que de su causa, solo Él es Todo en Todo, de suerte que todo es su causa”. Según Stirner Dios es el mas egoísta de todos, porque nos dirige a una sola causa, SU causa, si la contrariamos entonces pereceremos. La humanidad decía Stirner, debía seguir su propia causa y no la causa de una esclavitud demasiado sobrestimada.

“Dios y la humanidad no han basado su causa en nada, en nada que no sea ellos mismos. Yo basare, pues, mi causa en Mi; soy como Dios, la negación de todo lo demás, soy para mi Todo, soy el único.” Definitivamente sin Stirner no habría Nietzsche. Ahora bien, la relación de Stiner/Nietzsche en el ateismo es manifiesta en nuestra cultura peruana. Entiendase que Stirner no aplicó la razón frente al mito, sino que aplicó la razón en el conocimiento cultural que el vulgo poseía sobre la religión, cosa muy, muy diferente. Si miramos por ejemplo el legado de Nietzsche/Stirner, debemos necesariamente voltearnos hacia occidente, el nihilismo es más que denotativo aqui, más que explicito, las corrientes ateas son ya un instinto en Europa. Sin embargo, EEUU es la máxima cultura que exporta religión, solo el 15% de los ciudadanos son ateos, los maltratos de los ultra religiosos norteamericanos frente a los ateos es total, se prohíbe leer a Darwin, se sanciona a gente atea. Es por esto (tal vez por causa de esto), que el ateismo se ha convertido, al menos en el Perú, en una expresión directa del mal entendimiento de filosofías como la Stirner o Nietzsche. El ateismo se transforma en un sectarismo y no en una integración cultural. Nuestra sociedad es altamente conservadora (incluyase EEUU), altamente moral, todavía confiamos en Dios hasta en las leyes, somos tan conservadores que hasta las corrientes ideológicas que supuestamente manifiestan ser “rebeldes”, “ateas”, etc. pecan por ser sectarias. Aun somos egoístas, basamos nuestra causa en nada, aun compartimos nuestra tristeza con Dios, aun el propio ateo que conoce como destripar a la deidad cae en sectarismos egoístas.

En el Perú, para ser ateo se debe de optar por un temple máximo, por una necesaria risa. Si queremos hacer frente a la religión que domina entonces ¿Por qué destripar su mito razonando sobre él? Un ejemplo de eso es la graciosa pregunta de un hijo a una madre altamente cristiana: ¿Mama, Dios puede crear una piedra que no pueda cargar? Déjenme confesarles que yo sostengo aun esa misma pregunta frente a mi madre unicamente por el hecho de sucumbir a la risa y tal vez malcriada ironía y/o disposición a joder. Pero esta pregunta no es valida para un argumento serio, a esto se llama razonar a Dios dentro del mito. Para argumentos serios me basta revisar la historia cristiana, la cultura madianita, descubrir que Yave (Jahveh, JHWH) es un dios ctónico, un dios volcánico, que las tablas de la ley son las replicas exactas del hechizo 125 del libro egipcio de los muertos: “el libro de los muertos”, o exploremos y descubramos que la segunda ley de la termodinámica niega la existencia de un creador, o quizá que el “diseñador inteligente” es solo un traslado de una imagen/idea humana hacia algo supuestamente divino.
Por eso ir en contra de la religión a través de su propio mito es entrar en su telaraña de difamaciones y atavismos del dominio de la fe.

¡Vamos pues peruanos, a que no se atreven a desatarse de la bulimia de nuestra cultura, a que no se atreven a no ser sectarios nunca más! Never more!

Análisis metafísico de la comedia



Por: Eduardo Yalan Dongo

El año 2007 hice una investigación acerca de la comedia como representación estética y como metafísica inexplorada por la docta cultura del estatus quo. Este ensayo trata de buscar una integración de la comedia en la apreciación común (vulgar) que poseemos sobre ella:

"El Arte de la Comedia se encuentra expuesto a una determinación constante de la risa y la denuncia, las cuales representan la base y la estructura de toda la Comedia, esta manifestación tan sublime creada por el hombre, ¡inventada por el hombre! El juego de palabras, el dominio de la lengua, las buenas personificaciones, imitaciones y/o emulaciones, así como las indumentarias, las máscaras y los gestos exactos fusionados con la música del espíritu subjetivo o dionisiaco, hacen a la estética de la Comedia.

Es muy primordial también este juego de la estética en la comedia, es decir, si bien la base de la Comedia es la denuncia y la risa, la estética depende mucho también de cuanta habilidad posee el comediógrafo para transmitir imágenes que sean risibles y muy bien elaboradas para el público. De alguna manera, la estética, análogamente a lo que debe ser entendido el mito, tiene un efecto levemente degustable de lo que es la verdad, es decir existen pincelazos, indicios de la denuncia, de una verdad oculta. Sin embargo, el Arte no debe ser apreciado como simple estética propia de un conocimiento lógico por parte de nosotros, es decir, el Arte no debe comprenderse en la medida en que nosotros vemos cuan bello es estéticamente o en que manera es lógica o comprensible dicha manifestación, posiblemente ésta representación artística oscilaría entre lo burdo y feble, o mas precisamente lo incompleto. La Comedia, como toda representación del Arte, es una admiración no de las formas estéticas, sino de la esencia misma que irradia, es decir, de que manera se encuentra el Arte simbolizado, en que medida nos preguntamos; ¿que es lo que transmite dicho Arte?, ¿de que manera se puede romper el cascarón de la estética y ver que maravilla es la que germina dentro de dicho cascarón?

Esto es la metafísica de la comedia, lo más allá de lo estético y físico de la Comedia. El lector más entendido y más suspicaz habrá entendido la manera en como se ha visto a lo largo de este ensayo la situación de la Comedia con respecto a la metafísica, en que apunto es mi metafísica diferente al sentido que le otorga Hegel a este Arte de la Comedia en su Fenomenológica del espíritu. Yo humildemente apunto a una investigación más subjetiva y comprensible de la Comedia, no lo que la unifica y la asemeja a otras artes griegas, sino lo que la hace diferente con respecto a estas, porque al fin y al cabo hubieron muchas –por no decir todas- artes griegas cuyas explicaciones metafísicas se hallaban en Dionisio y en otras deidades, sin embargo, creo que con esto no profundizamos en la Comedia en si misma y en lo que la diferencia de las otras artes, entre ellas la Tragedia. De alguna manera, la tesis de la teoría de la metafísica de la comedia se explica en un axioma que puede muy bien defenderse solo: donde se asienta la casa de la comedia no dudemos en pensar que allí habita la denuncia.

Es entonces así; donde existe un acto cómico, desde le teatro hasta las formulaciones cómicas expuestas en los chistes inmediatos de la vida (expresados por las personas en si) existe por consiguiente un acto que se esta denunciando, un hecho que carga la conciencia y que tiene que ser disuelto por la risa, es decir, la tendencia que va mas allá del principio de placer. La tragedia es pues lo pesado: la comedia, lo ligero; sin embargo, ambas son necesarias, no existe una que deba o tenga que ser rechazada, ambas son estricta e involuntariamente necesarias para buscar el equilibrio, reflexionar sobre nuestras partes para obtener el todo por el todo. Es por esto que si se menciona o adopta la tragedia sola, es muy difícil pensar en una comedia a posteriori: este es el problema de los débiles, los ignorantes y llenos de fe, pero vacíos de voluntad. Empero, si se adopta la comedia es muy fácil ver que tras de ella había una tragedia, una conciencia pesada, una denuncia latente, una risa promulgada…esta tendencia se repite tanto en el Arte como en la vida del hombre. Entiéndase la palabra comedia como una semiótica de hechos que la abarcan, como un todo y como una parte: Como comedia de vida y Comedia del arte. Vitor por aristofanes, todos los vitores son pocos."

Para bajarse el ensayo en su totalidad entrar aquí:

Molina: un criminal esclarecido

Por: Pedro Crespo

¿A cuántos asesinos conoces? ...
En base a una entrevista, les presento a uno.



Elmo Molina fue un asesino de sangre helada. El Perú, Colombia, Honduras y Brasil fueron algunos lugares en su etapa de internacionalización criminal. No atosigó a vehementes líderes pandilleros, él tenía el poder en sus manos. Respetado hasta el terror, entiende las oportunidades como el medio de rescate y son estas las que lo mueven en su altruismo actual. Elmo es un ejemplo como pocos. Su vida protagonizó las facetas de un profundo cambio humano.


El niño que inicia

“No solo todos los grandes hombres, sino todos aquellos que se elevan,
aunque sea poco, por encima del nivel ordinario, deben ser, en
virtud de su propia naturaleza, unos criminales necesariamente.
De otra manera, les sería difícil salir del montón”
Crimen y Castigo, Dostoievski


Un niño abre los ojos y se encuentra con un mundo nuevo. Es la alegría de los padres, es el amanecer de un futuro, es el inicio de una vida. Juega con personajes imaginarios y crea mundos paralelos que se estremecen entre canciones de mamá.

Salí a la calle cuando hubo un temblor, mis padres me dejaban la comida cocinada porque salían a trabajar y regresaban tarde. Luego del temblor, conocí a un grupo de muchachos que solo había visto por debajo de la puerta. Yo solo los veía como zapatitos que corrían y jugaban pelota en las calles de Cercado de Lima.

Pero el mundo es menos sensible que esos ojos que recién han abierto sus curiosidades, anhelos y ansias de vivir.

Cuando salgo de esa pared de mi casa, me encuentro con un grupo de muchachos, y algunos ya lustraban zapatos.

Las necesidades se hacen vigentes y molestas, el niño también tiene su emprendimiento.

Yo vi la necesidad en mi casa, y, bueno, pensé que podía ayudar lustrando zapatos para ganar un sencillo. Cuando mis padres salían a trabajar, yo salía con mis amigos a chambear. Pero, poco a poco, fui conociendo chicos en la calle, que no lustraban zapatos pero ganaban más dinero. Y dejé de lustrar zapatos, y me empecé a robar los zapatos de la gente. Y así empecé en las calles…
Hasta que un día no regresé más.


El joven que determina

“(…) hasta cierto punto, los criminales son gente más limpia, más inofensiva;
esta afirmación no la hago porque yo mismo haya matado a un ser humano:
es una honesta y profunda convicción”
El Túnel, Sábato


El criminal anda por la oscuridad, predispuesto a disparar. Escapa del sol, como centinela de sombras y siempre en vigencia de anonimato: observa atento, él solo observa y actúa, no hay espacio para pensar, no hay espacio para sentir…

Año 86: estuve en favelas del Rosario, Santa Clara, en Brasil. Estuve en bandas juveniles, realicé asaltos y homicidios.

El criminal se sumerge en el espesor de lo malvado, palabrea con cuchillos y carga rifles despiadados. Flota anestesiado en su propia desgracia: sus dedos ya no tiemblan, sus sueños ya no lo martirizan.

Nuevamente en Perú, organicé pandillas.
Año 89: entré al narcotráfico en Tocache. Viajé a Colombia y estuve metido en la pandilla Los Parches: hacía asaltos, asesinatos. Fui deportado por asalto a mano armada.

El criminal venera la venganza, se subyuga al remordimiento. Congela lo humano, se vuelve sangre vehemente y perniciosa. Es adictivo al pozo, a lo oscuro, a lo escabroso…

Año 90: Nuevamente, volví a Colombia y estuve metido en la banda de Pablo Escobar, que tenía un total de 420 bandas de jóvenes armados en Medellín. Había una lucha por el control de la droga.

El criminal cosecha muertos, siembra balas, exporta lágrimas…
El pozo es más hondo de lo deseado. El niño emprendedor ya dejó su posición, ahora es un joven que cambió la agraciada búsqueda por lo sanguinario y prieto.

Año 91: estuve metido en San Pedro de Honduras con las Maras Salvatruchas. Ahora, era parte de la Mara. Entrar ahí tiene una iniciación: matar a alguien por gusto. Desde ese momento, ya eres parte de la Mara. Te dan un arma, y te dicen: ese que te está mirando, métele un tiro. Y tienes que metérselo. Te involucran en delitos graves: el manejo de armas y homicidio. Ya perteneces a ellos.


El hombre reflexivo

Esto, según lo entiendo, se debe a que todos los seres humanos,
tal como los encontramos, son mezcla del bien y del mal”
El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, Stevenson


Con las manos cubriéndose el rostro, el criminal encuentra la pequeña flama de luz, el coraje de escapar del pozo. Sin nunca olvidar lo que hizo (aquellos ojos asesinados, aquella yugular cortada, aquellas balas embadurnadas)…

Producto de esa vida que tuve en la calle tengo cinco impactos de bala en el cuerpo. Tuve una de las pandillas más grande y más conocida: Los halcones, con 147 integrantes. Una pandilla que tenía micro pandillas oprimidas. Todas las pandillas se acercaban a nosotros, éramos los más fuertes, los más respetados…

Aunque, el tenue brillo de la inminente salida vislumbra los falsos tejidos…

…pero luego me di cuenta que no era respeto, sino era temor lo que yo había creado en la gente. La gente me tenía miedo, pero yo lo veía como respeto.

De repente, el criminal calla y escucha a su alma contar su historia…

He estado recluido en centro de menores. Estuve también preso. Cuando tenía 23 años tenía impactos de bala, tres intentos de suicidio. Tenía 20 pero me sentía como de 80. Me perseguía la policía, me perseguían los terroristas, me perseguían las pandillas.

…y explicarle sus conclusiones

Yo no podía caminar libre, estaba libre, pero preso por los problemas que tenia.

Elmo, hoy en día, vive con su familia. Tiene dos hijos y ya es abuelo. Él dice que su experiencia en la calle lo ayuda a poder desempeñarse en su labor actual. El criminal es ahora consultor para el Ministerio del Interior peruano, y para el Instituto de Bienestar colombiano. Ahora, Elmo ayuda a jóvenes pandilleros en su regeneración social, les abre los ojos, les da oportunidad, les da lo que él hubiera querido recibir.
Ahora, el criminal asesina, únicamente, sus propios demonios.

Friedich Nietzsche: 164 años para todos y para nadie

Por: Eduardo Yalán Dongo

“Yo soy con mucho, el hombre más terrible que ha existido hasta ahora; esto no excluye que yo seré el mas benéfico” (Ecce homo –Por que soy yo un destino) Despiadado, infame, irónico, pedante, líricamente afilado, ¡dinamita! No sabría calificar a Friedrich Nietzsche, tal vez esa inefabilidad es la que me hace escribir sobre él tras 164 años de su nacimiento, un 15 de Octubre como lo será este miércoles. Tal satisfacer las preguntas de “¿Quién fue Nietzsche?” o “¿Qué teorías filosóficas tenía?” puede ser hasta repetitivo y denotativamente previsible, prefiero ante todo revelar como se llega a Nietzsche a través de su filosofía. Me resulta grato decir que Nietzsche se ha convertido actualmente en nuestro sentido común, muchos no lo saben pero nuestra capacidad de discernimiento sienta sus bases en casi toda su doctrina, nuestras quejas, nuestro nihilismo, nuestra rebeldía, nuestra risa; su legado permanece ante todo.

Aproximarse centímetros a un libro de Nietzsche es, por un primer momento, hacer algo prohibido, sentir como tus manos toman un libro que presuntamente viola todo cuanto has conocido, todo cuanto han dicho tus padres: una merecida antípoda de nuestras costumbres. No te contentas con saber de él en alguna enciclopedia o foro virtual, ¡tienes que descubrirlo tú mismo! Es cuando tomas ese libro y te regocijas con lo que lees, tu alma curiosa se sabe satisfecha. Lees: “Cuando Zaratustra tenia 30 años, abandonó su patria y el lago de su patria y marcho a las montañas.” O, tal vez te escandalizas y horrorizado tapas el título de otro librito que estas leyendo en un transporte público: “El Anticristo”, y tú sabes que eso te hace sentir por encima de todo cuanto hay. Sin embargo, por algún indecible y raro motivo no puedes considerar al hombre que estas leyendo como “Satanás” o “hombre-nazi”, este individuo es diferente, y no te das cuenta, sino hasta haber conocido su esencia, que ese tal Nietzsche no era otra cosa que tu “Perseo encadenado”, tu misma condición humana, Nietzsche eras en todo momento tú.

En cada librería se encuentra un ejemplar de Nietzsche, y es que ¡Nietzsche es para todos! Y te alegras de que sea conocido. Después pasa el tiempo y te encuentras con personas que lo evocan ridículamente diciendo “sabían que Nietzsche fue el padre intelectual del nazismo”, o en canciones neosacras en iglesias juveniles escuchas “dios no ha muerto/ dios esta vivo/ dios esta vivo”, o quizás te enteras que un metalero fundamenta su mediocre ideología de muerte y canibalismo lascivo diciendo “Como Nietzsche decía…” Y entonces es cuando piensas tristemente: Nietzsche es para nadie. En realidad son muy pocos los que conocen a Nietzsche, y para conocerlo no es para nada necesario que te expliquen su doctrina en un ambiente teórico, sinceramente ¡no! para conocer a Nietzsche tienes que sentirlo en su lectura (y locura), en todos sus libros y cada uno de ellos.

Ante toda teoría nietzscheana y ante todo su querer, le quiero agradecer al filósofo dinamita; sus palabras, sus esfuerzos por hacerme trascender, sus consejos severos, su “estar harto de mi” y su amabilidad al adoptarme como su hijo ante mi trágica orfandad, sin embargo, como él mismo lo hubiera dicho: “no me sobreestimes, no me halagues”. !Ah! Pero es necesario, como también lo es separarnos de él, como lo hice hace poco, alejarse de ese indeseable visitante, de ese “viejo loco”:
“Decís que creéis en Zaratustra? ¡Más qué importa Zaratustra! Vosotros sois mis creyentes, mas ¡qué importan todos los creyentes! No os habíais buscado aún a vosotros: entonces me encontrasteis. Así hacen todos los creyentes: por eso vale tan poco toda fe. Ahora os ordeno que me perdáis a mí y que os encontréis a vosotros; y sólo cuando todos hayáis renegado de mí, volveré entre vosotros.” (Así habló Zaratustra. De la virtud que hace regalos)


80 años de un nuevo espíritu: aniversario de los Siete Ensayos

:. Pedro

La carátula ya porta un significado estético de lo que las páginas de esta maravillosa recopilación quieren exponer. Esta pulcra pintura de Julia Codesido fue un pedido personal de Mariátegui para su obra cumbre, que ahora esta de aniversario.
7 ensayos de interpretación de la realidad peruana cumple 80 de años desde su primera publicación, y esto necesita un momento de remembranza. Un evocación no solo a la obra, guía de muchos revolucionarios como el Che Guevara y los “nuevos espíritus” nacientes a mediados del siglo pasado, sino también a aquella mente brillante que la creó. José Carlos Mariategui observó, a lo largo de su producción intelectual, ciertas falencias de un sistema endeble e incongruente, con posibilidades de ser corregido bajo ciertas premisas que ciertamente son radicales, pero concientes y humanas. Premisas que podrían ser resumidas en aquel "Peruanicemos al Perú", que salió de sus propios delgados labios, que sopló su cerquillo hacía el cielo.
Este libro, como su nombre lo dice, es la recopilación de siete ensayos distintos en los que se expone de manera, como afirmó Basadre, “precisa, como de ingeniero; y aséptica, como de doctor”. Puntos con un propósito pragmático en el que los temas tratados son: la evolución económica, el problema del indio, el problema de la tierra, el proceso de la instrucción pública, el factor religioso, regionalismo y centralismo y el proceso de la literatura.

Mi primera experiencia con José Carlos fue grata: un hombre fuerte, una mentalidad proselitista, “dos huevos sobre una silla de ruedas”. Un rojo con ideas precisas y fundamentadas que se alimentaba de su amor al Perú y sus emotividades revolucionarias. Las primeras páginas de este texto aún danzan por mi cabeza, inmutaron en mí el ideal del coraje sentimental apoyado por nuestras propias creencias. Qué mejor que sus propias palabras: “Otra vez repito que no soy un crítico imparcial y objetivo. Mis juicios se nutren de mis ideales, de mis sentimientos, de mis pasiones. Tengo una declarada y enérgica ambición: la de concurrir a la creación del socialismo peruano. Estoy de lo más lejos posible de la técnica profesoral y del espíritu universitario”. Humildad inmejorable en aquella semántica prolija y directa, regalarnos una nueva visión del mundo es un obsequio acertado, el regalo de una nueva posibilidad de re-crearnos como país. Su lado intelectual fue su pluma; su lado reaccionario, su corazón. Martín Adán, ahijado intelectual de Mariátegui al publicar su Casa de Cartón, contaría que el magnánimo hablaba con los pensadores de Lima en un recinto de su casa donde se reunían los domingos; luego, en el salón contiguo, se congregaban los líderes sindicalistas. José Carlos mantenía dos estilos de vida distinta –la pluma y el puño- que luego se unían en cofradía, así como su mismo espíritu, haciendo de su hogar un refugio de amantes del país.
Desde hace mucho, rescato mis creencias de las corrientes desidiosas de la modernidad. Tengo mis deseos, mis pasiones, mis ideales en lo profundo de mi alma. José Carlos me lo enseñó; entérense, que yo tengo escritas sus palabras en la zona más luminosa del corazón.

El hombre y la seguridad.


Por: Eduardo Yalán Dongo


¿Alguna vez hemos pensado acerca de aquello que nos sujeta irremediablemente a nuestra sociedad, a nuestra familia, a nuestros conceptos, a nuestra vida? Particularmente pienso, y es algo que lo tengo muy claro, que en la vida social emana el hedor de la seguridad. La seguridad ha regido y rige nuestra sociedad, créanlo o no.

Queremos ser seguros, queremos que nuestra sociedad nos acoja, queremos que nuestros padres nos quieran, queremos tener un buen empleo, queremos no morir (eternizarnos), queremos ser reconocidos: todo esto no existiría sin la seguridad. Queremos estar seguros de nosotros mismos. Y como podemos ver, la seguridad es también el hacer que todo sea conocido, ejemplo; un niño nace y sus padres quieren que aprenda su lengua, quieren que el neonato aprenda su cultura, quieren que tenga una buena educación ¿para que? Para hacerlo conocido. Si estos mismos padres encontraran en la calle a un niño abismalmente distinto a lo “conocido” entonces lo catalogarían como “no conocido”, les daría miedo y curiosidad, tratarían en lo posible de darle educación, lengua, cultura, es decir hacerlo conocido. De aquí se fundamenta la evangelización y las misiones; incluso se fundamenta tambien cuando un cristiano se asusta cuando escucha que alguien no cree en la Virgen Maria (como es mi caso).

Si escuchamos, por ejemplo, un sonido que no corresponde a ningún dato almacenado por la memoria, entonces ese sonido nos parecerá misterioso, malicioso, es decir, cargaremos de un sin numero de valores al fenómeno si es que no es conocido, si es que no esta “seguro” en nuestra sociedad, si es que no es compatible. El racismo se explica de una manera casi igual. El racista cuando discrimina al individuo con piel “inferior” no esta mas que diciéndole: “me das miedo porque no perteneces a lo conocido” o sino “como yo soy el líder de los conocidos y como tu color de piel no pertenece a la seguridad de nuestra piel, entonces te mereces el desprecio”. Se sabrá que tanto los padres como los santos, como los racistas y demás educadores tienen como meta principal el hacer “conocido” al individuo, al niño, al indio ignorante, al cholo cobrizo, y todo individuo que se encuentre con el letrero de “no conocido”. De alguna manera Heraclito, Jesús, Spinoza, Nietzsche, y otros célebres personajes fueron tan vapuleados por ser únicamente “no correspondientes a lo ya conocido”. (Entiéndase que ahora a Jesús, sus discípulos lo han convertido en un “metajesus”, un individuo que nada tenía que ver con lo predicó, es decir, hemos hecho conocido a Jesús)

Al ser humano, por no decir el vulgo, le cuesta mucho hacer frente a este tema, al ser humano le cuesta mucho entender lo “no conocido”. Por eso que se crean santos y dioses cuando tan solo hay fuerzas de energía y uno que otro imaginario sensual.

Hay que tener cuidado cuando incluso hablamos, cuando valoramos, porque la valoración no es otra cosa que la manifestación clara de la seguridad. La seguridad señores es necesaria como repudiable, debemos entenderla y no simplemente decir: “diablos entonces voy a volverme completamente inseguro” esa no es la idea.

Martin Adán: diario de refugiado

Trabajo de investigación
Por: Pedro Crespo

Estos últimos meses, he andado sumergido en una polvoreda de archivos descomunales. Edificios siniestros construidos de papelería hongueada y amarillenta, pero cimentadas bajo la premisa de la Historia. Estos meses he indagado sobre la vida de Rafael de la Fuente Benavides (Martin Adán), un poeta limeño, barranquino, el más grande a mi parecer. Es cierto, tuvo una niñez complaciente; no lo duden, era una persona solitaria; sí, lo sé, tenía problemas con el alcohol. A sus 17 años, ya había concluido "La Casa de Cartón", texto que sólo fue escrito como un ejercicio gramatical en sus clases con su adorado profesor, Emilio Huidobro, en el Deutsche Shule. Este texto ha recorrido el mundo, y es indiscutiblemente una de las obras cumbres de las letras en castellano.
Aquí les dejo un extracto de mi investigación que aún no se deja concluir. Sucede en su primer internamiento en el manicomio Larco Herrera, el 8 de setiembre de 1937. Tambien, se hace referencia a la extraña influencia del psiquiatra Honorio Delgado, ambos personajes principales de esta historia, junto a algunos otros.

"En su primer informe de entrada, Rafael afirma que su angustioso gusto por el alcohol empezó aproximadamente a los 22 años, en 1930, edad a la que ya congeniaba con la popularidad de los círculos intelectuales de Lima. Un primer renglón resaltante de esta hoja amarillenta cubierta con tinta negra, califica a Rafael como un individuo normal. Al parecer, en el pabellón 12, el poeta pasaría por una pequeña exploración psíquica, que lo determinaría con esta luz esperanzadora en aquellos momentos. Una interesante observación digna de recalcar la haría Luis Vargas Durand, en la que añadiría que Rafael no creaba su condición con problemas personales, sino con códigos literarios. Permaneció en este pabellón tres días, desde el 8 hasta 10 de setiembre, ya que solo hasta ese momento se cubre su evolución. Empero, la siguiente nota determinaría su destino: “El paciente Rafael de la Fuente Benavides, pasa por orden del Sr. Director, al Pabellón N° 2”.
Por su parte, al otro lado del hospital, el Dr. Honorio andaría trabajando en su oficina, dentro del edificio corazón del hospital imponente como la Acrópolis, justo frente al portón principal, al final de un largo camino rodeado de verdes jardines limpios de inútiles hojarascas, y árboles serenos de tronco fecundo y altura protectora. Ahora, parado entre ellos, percibo que expulsan su perfume con timidez, como si los años hubieran sido malvados. Hoy en día, solo queda una brisa de su primaveral olor, restos que se enjuagan en el nebuloso smog de la Av. El Ejército para hacernos entender que el mundo ya no es el mismo. Honorio Delgado permanecía interno en su trabajo, que cabe recalcar fue bastante prolijo. Horas de vida dedicadas a la psiquiatría, a la importación de nuevos métodos, de nuevas fórmulas médicas. Basadre delataría su inmensa afinidad con la cultura alemana, cuestión que compartía con Rafael, por el manejo del idioma. Huesudo, alto y muy elegante, quedaría de él un gran estima entre los doctores de hoy en el Larco Herrera, que, aunque no pudieron conocer, rescatan su humanismo. Algunos otros hablan de su narcisismo, su forma elitista de ver al mundo. Dicen que él no tenía discípulos, sino vasallos; que no acogía gente, solo la aceptaba. Su Torre de Cristal se fundaría en el manicomio, un pedestal más arriba del mundo mundano, encabezando una institución que lo veneraba.
Poco después de despertarse, Rafael caminaría en rumbo al Pabellón N° 2 a través del hospital. Conocería sus espacios, su flora, su gente. Estoy seguro andaría observando cautelosamente para finalmente entender que el mundo al que había ingresado no era menos distinto del que abandonaba. La estupidez del mundo exterior se las arreglaría sin él. Solo, en ese momento, quedaría pendiente en su corazón la preocupación por su tía Tarsila y su madre. Ambas se habían quedado solas tras ver partir al hijo insatisfecho en busca de su propio destino; con el fin tácito de seguir sus estudios universitarios tranquilamente y de escribir una tesis histórica". (...)