La Insatisfacción de un Cobain inmortal


Alguna vez escuché de los labios de mi abuela que la muerte de personas jóvenes sucede cuando ellas nos pertenecen a este mundo que llaman de soledad y agonía, ¿duro?, quizás, pero sería bello pensar que cierto. Pensar que tantos jóvenes emergen de lo terrenal en la época dorada de su vida porque les espera algo mejor, es la idea más filantropa y amorosa que escucharé de los labios de una mujer tan cercana como es la madre de mi padre. No recuerdo cuando lo dijo, sólo sé que en medio de la conversación de un almuerzo, muchos años después que la vea interesada en MTV porque en esos tiempos yo tocaba bateria en una banda y tenia los cabellos largos, recuerdo que justo entré a su habitación cuando sonaba Smell like teen spirit... cuanta nostalgia.
A pocos días del 5 de Abril, a menos de una semana de su muerte, les presento la carta de despedida que escribió Kurt a Boddah, su compañero imaginario de niñez, y un mensaje de perpetuo insatisfacción con su fama y con la vida, todo envuelto de la convicción rockera de uno de los artistas que más caló en mi generación.

Para Boddah:
Hablando como el estúpido con gran experiencia que preferiría ser un charlatán infantil castrado. Esta nota debería ser muy fácil de entender. Todo lo que me enseñaron en los cursos de punk rock que he ido siguiendo a lo largo de los años, desde mi primer contacto con la, digamos, ética de la independencia y la vinculación con mi entorno ha resultado cierto.
Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiéndola, ni siquiera haciendo rock'n'roll. Me siento increíblemente culpable. Por ejemplo, cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del público, a mí no me afectan tal como afectaban a Freddy Mercury, a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase. Lo cual admiro y envidio muchísimo. De hecho, no los puedo engañar, a ninguno de ustedes. Simplemente no sería justo ni para mí. Simular que me lo estoy pasando el 100% bien sería el peor crimen que me pudiese imaginar.
A veces tengo la sensación de que tendría que fichar antes de subir al escenario. Lo he intentado todo para que eso no ocurriese. (Y sigo intentándolo, créeme señor, pero no es suficiente). Soy consciente de que yo, nosotros, hemos influído y gustado a mucha gente. Debo ser uno de aquellos narcisistas que sólo aprecian las cosas cuando ya han ocurrido. Soy demasiado sencillo. Necesito estar un poco anestesiado para recuperar el entusiasmo que tenía cuando era un niño.
En nuestras tres últimas giras he apreciado mucho más a todo la gente que he conocido personalmente que son fans nuestros, pero a pesar de ello no puedo superar la frustación, la culpa y la hipersensibilidad hacia la gente. Sólo hay bien en mí, y pienso que simplemente amo demasiado a la gente. Tanto, que eso me hace sentir jodidamente triste. El típico piscis triste, sensible, insatisfecho, ¡dios mío! ¿por qué no puedo disfrutar? ¡no lo sé!. Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me recuerda mucho como había sido yo. Llena de amor y alegría , confía en todo el mundo porque para ella todo el mundo es bueno y cree que no le harán daño. Eso me asusta tanto que casi me inmoviliza. No puedo soportar la idea de que FRANCES se convierta en una rockera siniestra, miserable y autodestructiva como en lo que me he convertido yo. Lo tengo todo, todo. Y lo aprecio, pero desde los siete años odio a la gente en general... Sólo porque parece que a la gente le resulta fácil relacionarse y ser comprensiva. ¡Comprensiva! sólo porque amo y me compadezco demasiado de la gente. Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo por vuestras cartas y vuestro interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado la pasión, y recuerden que es mejor quemarse que apagarse lentamente.
Paz, amor y comprensión Kurt Cobain
Frances y Courtney, estaré en su altar. Por favor, Courtney, sigue adelante por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. ¡Las quiero, Las quiero!


Los papeles inesperados de Cortázar

Mi encuentro más temprano con la literatura fue en la secundaria. Recuerdo haber leído algunos parajes de la Divina Comedia de Alighieri, con más detenimiento haber sentido el martirio de Bodas de Sangre de Lorca, pero nada caló más profundo en mi pasión por las letras como Cortázar. Mentiría si les digo que fue con Rayuela -un libro tan revolucionario abstiene a los docentes a usarlo, por cuestiones de tradición y cucufatería, generalmente; aparte que el imaginativo de Cortázar puede ser complicado, lo que podría hacer de la lectura, más bien, contraproducente. Fue con “Un Tal Lucas” –su alter ego- que conocí a Julio y desde ese momento sus lecturas han fluido como todo arroyo, de la manera más natural.
La importancia de Cortázar en la disciplina literaria es inminente, quién desee escribir debería leerlo, sea para desechar esos prejuicios y formalidades que no nos dejan ubicar nuestra luz propia o sólo para tener de referencia al más grande trastocado de órdenes y el restaurador del desdeñado acento Latinoamericano. En los setentas, contaba Luis Jochamowitz a nuestro salón de investigación periodística, existían dos tipos de académicos: los que leían y los que no leían a Cortázar; así como hubo paralelamente una división del mundo entre comunistas y capitalistas, pues este Cronopio también logró dividir a las personas románticas que necesitaban y buscaban un cambio radical del tradicionalismo ahogante.
En el 2006, y esto va para todos los amantes de su prosa, su esposa Aurora encontró en su casa de Grenelle –donde ambos vivieron más de veinte años- un cajón lleno de apuntes y cuentos inéditos del escritor. Para llanto de felicidad nuestro, la casa editora Alfaguara ha pedido los derechos y publicará este tesoro en Mayo, un volumen de 400 páginas de más Cortázar para no perder costumbre, incluyendo una entrevista que él se hace a sí mismo en un análisis de su propia identidad, un capítulo omitido de "Libro de Manuel", y mucho jazz de Charlie Parker como soundtrack. Ya titularon el libro como "Los Papeles Inesperados".
Julio Cortázar es sin duda un faro, de esos que muchas veces por neblina y temporal perdemos de vista o dejamos de entender, pero aseguro que siempre seguirá al frente, sea sobre tu velador o en alguna biblioteca empolvada, queriéndonos decir algo profundo y de la manera más extraña.


Siempre se han creado teorías sobre el origen de los cronopios. Aqui la respuesta en boca del mismo creador: ¿Qué es un cronopio?

¡Si Google lo dice!: aproximación a los afectos en el “no-ser”

Por: Eduardo Yalán

Hace poco leí una noticia que me hizo sonreír mucho, el titulo de esta noticia fue “Perú es el país más amoroso en Internet, según Google” La noticia hacia hincapié en la búsqueda golosa a través de Google que los latinoamericanos tenían con respecto a temas como el sexo, muerte o temas relacionados a los afectos, entre otros. Por un lado, los mexicanos, ecuatorianos y peruanos se indignaban con casos tan ridículos como “la culpa la tiene Coldplay y su último disco, -Viva la vida-“o sino “el fallecimiento del hijo de John Travolta” que curiosamente hizo a la gente interesarse por la palabra “muerte” en Google. El caso es que esta búsqueda de conceptos como “amor” (love) “odio” (hate) o “muerte” (death) esta latente en el mundo cibernético, en la tecnología moderna. Pero aun más importante es darnos cuenta de una cosa no tan obvia, la apariencia (es decir todos los hechos superficiales de la realidad) posee una determinación tal, con respecto a las personas, que de alguna manera es la potencial determinante de la reformulación de los conceptos comunes como “amor, “odio” o “muerte” que creíamos innecesarios.

Estoy seguro que más de un peruano siguió la novela de amor “Gisela-Carmona” o la del “Puma” Carranza y su esposa, pues bien, la desfachatez de estas historias tan poco sustanciales (según el intelecto) para nuestra vida racional y afectiva insospechadamente determina nuestra vida diaria. Se creía que la reacción que tenemos con temas aparentes es una manera de desenfocarnos de nuestros sentimientos para adoptar prescriptivamente otros, impuestos por los medios. Pero, para aclarar esto, resucitemos a Hegel un instante y escuchémoslo decir: “llamamos apariencia al ser que es en él mismo, de modo inmediato, un no-ser”. Analicemos ahora, ¿nuestro “no ser” es una manera fija hacia el desconocimiento de nosotros mismos? NO, lo que sucede en nuestra cultura moderna es abruptamente diferente, ya que este “no-ser”, esta apariencia, es la que, de una manera extraña, nos dirige al “ser”. Si pensábamos que la apariencia y esta estupidez era inservible e insustancial para nuestra vida altamente “distinguida”, pues nos equivocamos; curiosamente es esta apariencia, este “no-ser”, el que nos hace formular acerca de nuestro “ser”, de nuestra vida propia. Entonces, si no solo nos interesamos por hechos tan poco trascendentes sino que reformulamos nuestra propia vida afectiva o racional a través de ellos, preguntemos ¿son estas reformulaciones un ansia propia por saber de nosotros o es la apariencia y sus hechos la que inconscientemente nos enrumba a esta reformulación? Ambas son dos opciones alentadoras para el campo de la psicología moderna, ya que existe en ambas el tema central: el interés por la vida afectiva, el interés por nuestro “ser”.

La estupidez que vemos en la televisión de espectáculos, la pelea del vecino que antes no nos interesaba, el amorío de uno de tus amigos, la esposa del puma Carranza o la muerte de el hijo de John Travolta, repentinamente nos afecta, nos hace padecer la inseguridad y/o la seguridad de sentimientos adormilados, estos hechos estúpidos nos hacen preguntar cual niños chimuelos, como se encuentra nuestra salud, amor, odio, o vida diaria. De alguna manera la estupidez (ojo no confundir estupidez con imbecilidad) ha puesto en el camino de la motivación pagana a los afectos y sensaciones, de alguna manera la tecnología ha motivado nuestra percepción y a su vez a nuestra sensación, (la publicidad sabe muy bien de eso). Nuestro interés por los afectos es latente, el mundo sensible ya esta con nosotros, se puede palpar y degustar diariamente, nuestra estupidez, nuestra vergonzosa estupidez (como dice el pseudo erudito) ha dejado en pañales a los conspicuos doctos, la gran masa sale a la escena psicológica, la gran masa con su aparente “estupidez” descifra la nueva psicología de los afectos: el mundo de los sentidos.

Los dejo con un video hecho por mi amigo Flavio Fernandini, esto aclarará mucho nuestra percepción con respecto al ambiente sensible en el que estamos.


Pudor y poesía: excavando en el mundo de los sentidos.

Por: Eduardo Yalan

¿Se han preguntado cuantos blogs comparten una misma temática?, ¿cuantos vivencias tuyas son conocidas por la mayoría de tus amigos? ¿Cuantos poetas indiferentes a la lectura han comenzado a exponer sus cuartetos oscuros a la luz del mundo, generalmente virtual? Retomé hace poco la lectura de Nietzsche, mirando algunos pasos que deje en anterioridad, me llamo la atención una reflexión acerca de la poesía que el filósofo hacia: “Los poetas carecen de pudor con respecto a sus vivencias: las explotan” (af. 161. MABM) Inmediatamente me vino a la mente esa imagen de nuestra cultura moderna, todos comunicando sus emociones y vivencias sin ningún aparente pudor. He leído cosas tan personales y tan subjetivas en blogs tan públicos y comunicables, experiencias embadurnadas de poesía amateur, esa poesía tan limpia, emotiva y cruda; explotada.

¿Que nos indica que exista tan basta cantidad de personas que quieran comunicar sus emociones a través de la comunicación generalmente virtual? Ya sea en los correos (guardados como “borrador” o quizá “enviados” a la persona que deseamos) o en los blogs, la intensión de querer comunicar nuestras emociones mas subjetivas sin ningún pudor nos convierte en los nuevos poetas de la edad moderna. Hacer comunicable mediante imágenes o símbolos casi surrealistas nuestra gama de fenómenos afectivos nos da una cierta confianza, como una cura hablada en donde el psicoterapeuta es una cantidad inimaginable de internautas. Queremos evitar la tensión que origina nuestro afecto en nosotros, queremos que la poesía o la crónica poética sea una manera para consolar o expresar las emociones, sentirnos seguros. Esa necesidad por comunicar y sentirse a la vez insaciable por no ser escuchado es el motor de nuestra vida cotidiana, esta expresión virtual es solo una cascara de lo que ocurre: la mayor reacción ante los objetos nos hace personas más sensibles, con ello, más reactivas a los afectos.

Uno lee en los blogs temas tan poco existenciales, tan poco substanciales, tan irrelevantes, tan insignificantes, sin embargo, son estos problemas subjetivos los que dan la esencia en nuestra cultura moderna, son las emociones las que se convierten en nuestra comida rápida de cada día. Es admisible por tanto diferenciar a las personas como poetas que buscan contar las emociones que las subyugan o las hacen padecer, el mundo de los sentidos esta cerca, dicen que la tierra durará hasta el 2012, y las personas reaccionan emotivamente ante esto, dicen que los animales no se deben de comer, y las personas reaccionan ante esto, dicen que el amor no es correspondido, y las personas matan por esto. El pudor esta muriendo junto con la moral de antaño ¡BIENVENIDOS AL MUNDO DE LOS SENTIDOS!

La repatriación de Borges

“Aguardo la muerte con esperanza, 

temo ser inmortal”

Jorge Luis Borges 

Jorge Luis Borges quería ser enterrado en el cementerio bonaerense de La Recoleta, no cabe duda de eso, quedó claro cuando declaró ante la prensa que quería descansar entre los suyos, a unos metros de Evita Perón, en el mismo recinto con los “Padres de la Patria”, y sus palabras: “No paso ante La Recoleta sin recordar que están sepultados ahí mi padre, mis abuelos y tatarabuelos, como yo lo estaré”. Sin titubeo, Borges es el más grande escritor en toda la basta cultura literaria argentina, lo que lo coloca como magnificencia y como tal, sus deseos son órdenes; su voluntad, ley.

 

En los años 60, Jorge Luis viaja a Suiza, país del que ya estaba maravillado, con el afán de vivir su vejez en la pacífica ciudad de Ginebra, y la intención de convertirse en un ciudadano suizo. Junto a María Kodama, con quien se casó meses antes de su defunción, Borges empieza un nuevo ciclo en su vida, en que la escritura se alejó de sus manos, pero aún oneroso con las nostalgias del corazón.

 

La disyuntiva sobre Borges empieza cuando el gobierno argentino actual, el de la monarquía Kirchner encabezado ahora por Cristina Fernández, busca la forma de repatriar el cuerpo del escritor. La lucha de dos bandos: el de los intrépidos y atinados que alegan sobre la voluntad de Borges de descansar en Buenos Aires; y el de los sosegados y libertarios, quienes piensan que “el poder simbólico está en la obra, no en el cuerpo de Borges”. Hasta este punto, muchos pensaban que repatriar era lo acertado, estaban siendo obedientes; pero de repente, su esposa expone que ella es la “única que puede decidir sobre Borges”, y que es verdad, Jorge Luis quería descansar en su panteón familiar, pero eso cambio con el tiempo, ¿sino por qué viajaría a Suiza a vivir sus últimos días? ¿por qué nacionalizarse suizo?.

 

Desde su muerte en 1986, el cadáver de Borges yace en Ginebra, como el de Vallejo en París, quién también deseaba morir en allí, y a partir de quién ya muchos intelectuales del círculo discuten su repatriación. A partir de esta lucha de creencias, ¿tenemos la potestad de hacer de nuestros símbolos lo que nosotros creamos? O tal vez ¿podemos ser capaces de desinteresarnos por nuestros héroes –llámase también a los literatos- que en su deseo de volver a su tierra natal les ganó la muerte? Pero Borges ya no tiene la fuerza, solo una pluma solitaria, un mausoleo vacío, una Suiza eterna y sus testimonios contradictorios: ¿Qué hacer? sus deseos, son  órdenes, Mi Aleph, déjenos saber cuáles son.

Por: Pedro Crespo

 

Crónica de amor y la soledad


Por: Eduardo Yalán


Bueno, anestesiemos por un momento los lunes de filosofía rebuscada para muchos “inútil”, para que me permitan adentraré en un tema que me ha dado mucho que pensar estos últimos días, otra vez hablaré de un sentimiento que me parece totalmente “comercialón”; otra vez tocaré el tema del amor. Sentimiento jodido este el del amor, una muy buena amiga me lo describía como una enfermedad biológicamente peligrosa, y le doy la razón. Le doy razón porque ya no estamos en el colegio de razonamientos estériles, ¡por favor!, ya hemos crecido como para que nos digan que el amor es solo algo biológico o una respuesta de la oxitocina. Y digo que ya hemos crecido porque ¿de que vale que sepamos las ramas racionales/biológicas del amor? La verdad que preguntas como ésta solo contentan al más inseguro. Aquella persona que sufre un “mal de amor” y que se contenta con descifrar las causas lógicas de su “enfermedad” emocional es una persona que le teme a lo incompleto, a la nada, quiere que todo sea hermoso y que el hombre viva…. ¡pensamiento más cartesiano! Esa persona quiere estar atada a la seguridad máxima del mundo.

Por otro lado, una persona que es abandonada siente que le llevan un pedazo del alma que se arranca sin piedad (como bien dice la canción de Bebo y Cigala) se siente inseguro y solo en un mundo no conocido; el máximo pecado del hombre es ser gregario. Nos hartamos con la reflexión poética de nuestro amor desahuciado, queremos solucionar el problema con el objeto amado tratando forzosamente de arreglar las cosas con este pero no toleramos esos momentos de jolgorio emocional en la plena soledad. Les contamos a los amigos, a los parientes a los menos amigos, para que nos aguanten en nuestra descomposición interna, pero en realidad queremos no sentirnos solos. Soporten un minuto en su cuarto sin querer “arreglar las cosas” soporten y aguanten ¿no es horrible esa sensación? Ese dolor en el pecho desenfrenado, esa asma de remordimiento flameando en el pecho, ese calor interno desesperante. Pues ese es el momento en el que debemos de conocernos, no hablo de filosofar ni de agarrar un libro, sino de bucear en el lodo de nuestras emociones, insistir en descargar todo lo sentido y desembarcarlo en el puerto de la fetidez. ¡Que excelente manera de conocernos! No permitan ningun concejo racional: "si te ama debe actuar asi o asa", "si ella te ama entonces pata ti pata ta..." El amor es una enfermedad, pero también es una vedette, una mierda de dos patas, una obsesión, un neurotismo latente, una atracción… ¡que bello es el amor subjetivo! ese amor poético, que sería del amor sin esa cuota poética. Sin duda el amor esta conceptualizado, comercializado, pero al fin de cuentas poético, nunca se dejará de hablar del amor en la medida que esta cuota poetica/subjetiva exista y nos alimente.

Sin embargo, la vida no es amor, ni el amor mueve a la vida como lo dice mi estimado Jesús, el odio también es hermoso, la cólera, la ira repentina, y cada emoción es buena….ahora pregúntense…. ¿porque el amor es la vedette de las emociones? Siendo el amor una emoción gregaria, su reputación se basa en que las religiones la utilizan para mover a las grandes masas, pero aprendamos a admirar también al amor no-gregario esa flama que quema desesperadamente dentro nuestro, el amor solitario.