SINtíTULO


Por: Pedro Zamalloa García


¿Qué será más recomendable para momentos de silencio a motor viejo,
de susurros lejanos, con hedores nauseabundos próximos a mi rostro
perdido entre disyuntivas ajenas?

Corre hijo, gánale al sol la partida con ventaja a tu favor.
Una reja no es una celda
y un timbre malogrado no es un ‘espera’.

De ser así,
he de regresar por la vista contraria,
tendría que mirar todo al revés,
entender cosas que parecían no entenderme
y que, entre fugaces rebotes de luz, pretendían ocultarme algo.

¡Corre con más ganas muchacho¡
Tus pasos te dejan atrás, corre, que
el cansancio no puede arrastrarte más.

Casi cerca, a puente vivaz crucé el alto régimen de idioteces sesudamente pensadas
llegando sin dudar al desfiladero de esperas junto al muro público
que de tanto haber sido meado de pronto nos hizo parecer moscas sobre mierda.

No corrí, no lloré, no me asfixié; sonreí más bien
y aunque difícil fue de creer, incluso para mi,
no hubieron en mi esbozo, mayores esfuerzos ni falsedades.

Sonreí.

Y fue así que al volver otra vez, Sonreí.

Parametrismos‏


Fotografía: Diego Miranda
Por: Cedric Cáceres


Quisiera reptar sobre las sombras
amasar gritos entre mis manos
y saltar a la nada ...
sin miedo,
sin carne
sin vida
meterme entre las muertes calles
jugando en silencio con los olvidados
bailando con la sangre apartada

salpicando de semen al cielo
quisiera yo violentar al viento
con los gritos de mis manos
gritos recogidamente ajenos ,
gritos de maldiciones por nacer
que ante la condena!
cortaron su boca hervida de uteros
y se abortaron sin conciencia de querer nacer

Donde estan los codos
las rodillas de fuego
el rostro de marmol
los ojos sin llanto

Donde el abrigo del tiempo
el requiem sutil de la noche
el agonizar eterno de la vida

Quisiera partir al mundo en dos
castrarlo por completo de tanta mierda
cortejar infiernos antes de ir a cenar
amasar fortunas en nombres perdidos
hasta que el peso de la voz
de aquellos que nunca escuche
hundan mi corazon
en el mar naranja
del no descanzo

del no eterno

Inquietante belleza: pintura y poesía muda

Pintor invitado: Diego Negrete Giribaldi
Técnica única: Tinta china sobre papel (1.20 x 70cm)

La mesura –decia Nietzsche- es el elemento sublime del arte, en ella se concentran todas las características de la belleza como formas envolventes de una verdad, encubridoras de la tan mentada desmesura dionisiaca. En los tres cuadros de Diego, fluye, a través de un estilo clásico, la mesura apolínea contrastada con ese inquietante dinamismo dionisiaco: esa oscuridad del ante-génesis contrastada con la belleza de formas y rostros “renacentistas”.

Mesura y desmesura son los temas del pintor: imágenes que recogió de sueños, encantado por los detalles, absorvido por los signos cristiano/bíblicos, por manifestar una angustia perpetua, y por desterrar de sí mismo una censura hacia lo profundo, hacia lo humanamente inquietante.

Eduardo y Pedro.


Tsunami atacando costa mediterránea



Arcángel Gabriel (exorcizando)



Judas Iscariote subiendo al cielo


El síndrome de Oz: crítica a la crítica.

Fotografía: Pedro José Crespo B.
Por: Eduardo Yalán D.

“Oh- and what`s so stinking about it?“

“It`s stinking world because there´s no law and order anymore.

It`s no world for an old man any more.”

(A Clockwork Orange –film)


Estoy más que seguro que se satisfizo a más de un izquierdista cuando el minúsculo perrito de Dorothy, en la famosa película “El mago de Oz”, corrió la cortina donde se encontraba el maquinista que controlaba al mismísimo “monstruo de Oz”: Pay no attention to that man behind the curtain”. La película estrenada en 1939 aterrizó en un ambiente donde ser de la roja izquierda estaba de moda; increpar, saltar, murmurar y pestañear; es decir, panfletear en contra del sistema hasta sus últimas consecuencias. Fueron tiempos donde descubrir la Verdad (con mayúscula) de los sistemas políticos era el pasatiempo de los intelectuales, buscar a aquel Mago de Oz y regresar con tal verdad a Kansas. Pero ante esto, parece curioso no darse cuenta de un proceso mental escondido, aquel que relaciona a la “manipulación” con la “intelectualidad”, quizá de aquí se explique que la mayoría de intelectuales son ateos (y más si son de izquierda). ¿Pero en qué medida esta receta de la intelectualidad esta presente en el siglo XXI? No hay que mirar lejos.

Cuando leía a Nicholas Carr en su artículo “is google making us stupid?” me pareció exageradamente curiosa esta expresión: “Over the past few years I’ve had an uncomfortable sense that someone, or something has been tinkering with my brain , remapping the neural circuitry, reprogramming the memory”. Inmediatamente esto hace acordarnos de las neuróticas sentencias de Hugo Chavez (que hace poco prohibió los videojuegos violentos) cuando en sus vituperios máximos achaca a EEUU como “motor y motivo” de las desgracias de la sociedad moderna -entiéndase”desgracias” como el nuevo sentido y proceso mental del mundo moderno-. Es decir, el hombre intelectual, critico del mundo cambiante, ha exportado de su cultura amante de libros empolvados este sentido de que “alguien (no importa que) domina nuestro pensamiento”. Y esta necesidad intelectual de duda con respecto a los aparatos sociales es con la cual se busca interpretar exageradamente incluso a los medios de comunicación:

“el Internet (Twitter, Facebook) es malo para el periodismo”, “¿Dónde están las crónicas de antaño!”, “!La Publicidad nos vende imágenes que nos manipulan!” (Así murmura Jorge Bruce) “El dueño del Facebook es el dueño del mundo y esta planeando algo, no importa que, pero planea” “no te registres en Twitter que es manejado por fuerzas subterráneas” “¡Hay de nosotros! ¡Que vuelvan los textos laboriosos! ¡Que vuelvan junto con Vargas Llosa!”.

Y ni que hablar de Chomsky y sus secuaces. De pensamiento rebelde, con gallardía pragmática, increíble crítico y casi visionario, pero por algún motivo inescrutable, el corazoncito lo tiene rojo. A Chomsky (a quien nuestro Ollanta Humala admira mucho) no le gusta que los medios de la comunicación y en especial la publicidad “nos vendan la moto”, siempre esta repreguntándose sobre los nuevos amos del mundo, y le fastidia de sobremanera la mercantilización del intelecto, la empresa privada, el pensamiento moderno, y otra vez la jodida publicidad…Por eso que Fujimori abolió la intelectualidad izquierdista en los 90, por eso también que el cristianismo degolló la critica. No pretendo plantear tampoco una sublimación del intelecto, ni oponerme a que oscuras fuerzas subterráneas sean descubiertas, sin embargo, lo que si es necesario aclarar es que, desde el punto de vista semiótico, existe una contradicción en este discurso intelectual/izquierdista moderno. No existe una manipulación impuesta, como la plantean nuestros chomskianos modernos, lo que existe es mas bien una manipulación de convencimiento, aquí nadie esta sometido y obligado a tener un Facebook o un Twitter (por tomar un burdo ejemplo), aquí estamos simplemente determinados por el convencimiento mercantil, mediante relaciones cognitivas de interacción, lo cual Señor Chomsky, sí es muy diferente a la imposición y esclavización inevitable de “Mr Bushhhhh”.

Sobreesdrujulas


Fotografía: Renzo Alva
Por: Cedric Cáceres


Tener miedo al abandono .

EN VERDAD NUNCA ESTAMOS SOLOS, no nacemos solos, no despertamos solos, no andamos por la vida solos. Siempre tenemos a alguien cerca, a alguien que nos ronda. Despertarnos en nuestra habitación, departamento, residencia, hostel, lo que fuera. Por mas que nos despertemos en la cama solos, en realidad no lo estamos. Las paredes si bien dividen y crean espacios privados y personales entre los que viven no logran evitar el manto de hilos que la solo conciencia de la prescencia a nuestro alrededor, cubre nuestra soledad..


Saber que si grito alguien me va a escuchar.

Saber que cuando caiga nadie me oirá


El miedo a que nos nieguen la existencia, que estemos solos. Que nuestro entorno se ponga de acuerdo para desaparecernos, esfumandonos, sin borrón que nos recuerde. Si quiera , quizás, un leve aroma a dioxido de carbono en el ambiente, como una niebla de mal agüero, bastaría para que la-ausencia perseguiera los que una vez nos conocieron.

Taladrando sus conciencias con el alito insomne de una sola palabra homicida.


Saber que cuando me mates alguien se sentira herido

Saber que en mi entierro no se pudriran las flores.




No saber de nadie,
evitar el querer sabernos,
in-habitarnos en el pecho
de cuestiones diarias.

Tener un hueco tan pobre de eco.
la turbia falta de palabras en la boca,
De nombres en las manos,
De frios en la espalda.

No mas numero que nos carguen
Nubes abortadas, sin estrellas
Sentirse solo de mentiras
Estar faltos de piso en el cami-no

Dormir sin sonrisa.

Alistarse de primeros, sin excusas .
En la busqueda desesperada de un tal vez.
Sin café, sin ron, sin pocas horas de amigos.

Saber que somos tan solo una luz en la esquina
Sin piernas
Estando a pocas letras de apaganos.