Invasión de recuerdos: fotografía y verdad.

Dibujo: Diego Negrete Giribaldi
Por: Eduardo Yalán Dongo

Tan solo un pequeño movimiento social puede ser capaz de significar una red compleja de situaciones, contextos y formas que implican toda una maquinaria de funcionamiento social determinado. Hace un par de semanas dentro de la red virtual Facebook, se inició una interesante movida por parte de los usuarios; todos, la mayoría, postergaron su foto/emblema habitual de su página de perfil para suplantarlas por un pitufo, un Gokú, una Blancanieves y un transformer, cito:

“Cambia tu foto de perfil por aquella de un dibujito animado de tu infancia e invita a tus amigos a hacer lo mismo. El sentido del juego? No ver más, hasta el VIERNES, una cara humana sobre el facebook sino una invasión de recuerdos... (POR LA LUCHA...CONTRA LA VIOLENCIA INFANTIL)”

El sentido del juego: no ver más hasta el viernes una cara humana sobre el facebook, sino una invasión de recuerdos. Ahora bien la pregunta se formula: ¿En qué sentido una foto de perfil de facebook ES una cara humana? Aquí se presentan dos tangentes del fenómeno: 1) fotografía =verdad 2) rostro humano (realidad-verdad) antítesis por antonomasia de los dibujos animados (ficción-mentira).

Se encuentra quizá una creencia social muy compleja, la relación fotografía = verdad. La relación entre efectos de verdad y fotografía como reflejo de una realidad determinada, es una polémica que estudiosos sobre el tema (entre ellos Barthes) han tratado con mucho aprecio. Recordar la foto del presunto Neil Armstrong que aseguraba la llegada del hombre a la luna, o la fotografía de Raising the Flag on Iwo Jima, que comprobó la maleabilidad del discurso histórico. Es en este sentido como se cree que la fotografía/retrato ES la realidad, ES la verdad, es en este sentido cómo el discurso devela su funcionamiento: fotografía=verdad. La relación que tenemos con la fotografía (periodística, artística) es una relación de verdad (veritas), el mismo texto lo sugiere "saca tu fotografía, saca la realidad, saca la verdad, para que vivas hasta el viernes una invasión de recuerdos, de ficción, de mentiras" Claramente no estoy en contra de la campaña, ni podría tampoco emitir un juicio moral, pero existen, en esta “campaña”, variables interesantes que delimitan patrones de estructura. Personalmente, y aquí hablo como comunicador, creo que la campaña está mal formulada semánticamente, y se resuelve en el siguiente semisimbolismo (efectiva herramienta de la semiótica clásica), partiendo de lo antes referido:


Cara humana:Dibujo Animado :: Realidad:Ficción


El rol figurativo del dibujo se cae al ponerlo al nivel de /ficción/, porque, no solo se anuda a /dibujo animado/ sino a la significación que le han querido dar: /violencia infantil/, entonces la pregunta sale: ¿Es la violencia infantil, una ficción? Si así me lo proponen, entonces no es real, porque dicho sea de paso "se acaba el viernes", entonces como no es "real", como no es "Verdad" (como sí lo es mi fotografía), no le debo tomar mayor importancia y debo más bien reciclar esta información en la mnemo-caja de lo divertido, gracioso, y temporal. Ubicar un problema grave como la violencia infantil en el terreno de lo ficcional, no solo implica un menosprecio del mensaje y de lo que el enunciador quiso comunicar, sino un evidentemente error de comunicación. Error por desconocimiento del propio funcionamiento del mensaje.

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