La mujer, sus caprichos y la escasez de hombres; digresiones interparentéticas


Por: Eduardo Yalán
Fotografía: Claudia Villaseca Flores

Al parecer el “metrosexualismo” masculino ya no es una atracción para las mujeres modernas, ahora el “neosexualismo” (categoría que hasta hace pocos días desconocía en lo más mínimo) acapara el interés de campañas publicitarias y ojos lascivos no muchas veces femeninos. El equipo Axe hizo una encuesta de mujeres de catorce países que revela que el “metrosexual” ya no es más de interés y que la mujer necesita un nuevo tipo de hombre, uno “que-sepa-lo-que-quiere-lo-busque-y-lo-consiga” según el análisis de la investigación (al menos el 72% de las mujeres encuestadas lo afirma así). Bueno, ¿y a que viene toda esta información? Sepamos bien lo que esta aconteciendo en nuestra cultura moderna, el cambio de jerarquía en esta relación casi morganática del hombre y la mujer, la cultura moderna se define como aquella frase que escuche por algún lado: “hoy en día el hombre tiene la última palabra: si mi amor

Pero no siempre el hombre se ha interesado en la mujer es decir, su interés estaba determinado por el tiempo y la no invariabilidad. Por ejemplo, en el siglo romántico (XIX) la mujer era un objeto de deseo latente, la mujer era el objeto de deseo, sin posibilidad de acceder a la escribalidad ni a la educación libre ni discrecional. Como sabemos, esto cambió, las revoluciones y demás parafernalias de anti-depilación fueron reclamando derechos. Fue así como llegamos a nuestra actual cultura moderna del siglo XXI, en donde la gran mayoría masculina pasó de ser el sujeto a convertirse en el objeto de deseo. Las mujeres exigieron primero a un príncipe azul (cualidad que muchos riky rincón se esmeraban en obtener), después deseaban a un rockero en motocicleta a lo James Dean o a lo Jim Morrison, después se cansaron de esto y encargaron a un heterosexual vestido de mujer, (dícese coloquialmente: maricón) y ahora parece ser que la atracción esta en el llamado “neosexual”. Este “neosexual” es un hombre maduro, barbudo, tierno, salvaje, cochino, “lindo”, y demás adjetivos post-feministas. La mujer así lo quiere y así lo estipula…pero, ¿a que se debe esta relevancia de la mujer en nuestra edad sensible? Según Eduardo Zapata (semiólogo y profesor peruano) nuestra cultura propicia que la mujer tenga más relevancia hoy en día. Recordemos que nuestra cultura moderna es “electronal”, convirtiendo entonces a la mujer en la más competente en contraposición con el hombre (recordemos que el hombre en la época platónica/escribal utilizó solo la mitad izquierda del cerebro, la mitad racional, en cambio la mujer, dedicada únicamente a los quehaceres de la casa, ejercicio ambos hemisferios; el emocional y el racional). Pero –como insiste el mismo Zapata- esto no es un determinante de nada, solo es una propiedad de un gran hecho: la relevancia de la mujer hoy más que nunca.

Ahora ya no hay mujer rufla sino mujer libre, ya no hay mujer tonta sino aparente, ahora la mujer puede dejar algo o tomar algo como a ella le apetezca, tienen el derecho… ¿pero y los hombres que? Esta bien, seguimos viendo tetas y culos, pero a parte de esto, ¿seguimos igual que antes? Según la escritora argentina Eugenia Benfield “(…) la escasez actual de hombres es sencillamente escalofriante” ya no hay hombres (no solo cualitativamente sino cuantitativamente hablando) y no la contradigo, pero si me pregunto ¿será que la ambigüedad del dimorfismo sexual ha provocado esto? ¿Será que nos acostumbramos tanto al machismo que ha originado en nosotros un orgullo que impide entender a la mujer? ¿Que será? Por mi parte sé que la mujer esta ahora mas que nunca en primer plano, y no pretendo ser un pluscuamperfecto machista, ni un hombre decimonónico/represor, tampoco un “neosexual” o un “metrosexual” (cosa muy difícil en mi), por el contrario, prefiero tener la bandera blanca blandida en alto, un poco de entendimiento y quedarme siempre con la última palabra… "si mi amor…pero antes abrázame, ¡y deja de joder!”

1 puntos de vista:

Mostròn dijo...

Muy buena foto, deja oculta la identidad de los cuerpos en un claroscuro muy bien trabajado, fugando todo a una luz que se oculta...una apologìa a los que nunca revelamos...a mi muy modesto parecer.