El mundo de los sentidos


Por: Eduardo Yalán

Bien pues señores, sépanlo o no la historia ha muerto, germina la tercera ola, el post nihilismo, la electronalidad, el hombre virtual (el homo videns) la madurez para dejar de no ser: en la medida en que nos hemos sentido parte de la sociedad y de sus problemas, fuimos capaces de reconocer estos valores. Pero, sobreviene la gran pregunta del millón ¿Y eso que tiene que ver conmigo? –así se pregunta un pobre de cultura unineuronal tal vez interesado en las estrategias administrativas que se enfocan en fomentar el lucro mamarrachento y el despilfarro de baba- bien señor dialéctico del presente, quiéralo o no, eso le afecta. Y no solo en lo respectivo a la política, la jerarquía social o la lengua (ámbitos que muchos autores y profetas postmodernos han insistido en mencionar) sino, que afecta y/o determina su mundo sensible, (es decir los fenómenos afectivos que lo comprenden, quiéralo o no) a sus emociones, pasiones, sentimientos, percepciones, sensaciones; es decir todo por cuanto Platón tuvo un total desprecio.

Primero es necesario reconocer que la historia de los sentidos ha sido un relato pendiente, es decir, ha sido, hasta hace poco, relegado en el plano conductual y motivacional, si hablamos en términos psicológicos. La cultura popular ha hecho que se intensifique todo esto, que se amalgamen un sin fin de creencias acerca de las pasiones sin saber en realidad como actuar ante ellas. Esto ha provocado una mentalidad muy individualista y aislada (por no decir misantropía) con respecto al como actuar frente a un fenómeno afectivo. De aquí que se escuchen por los callejones del país oraciones como: “Cuando se presente el odio, deséchalo, y reemplázalo por la valentía” (para el negador de la realidad –Osho y su terapia sifílica-) o “Cuando estés dominado por el odio, mira la naturaleza, pinta un cuadro” (para el gran cobarde –Hume-) o “si miras a una mujer para codiciarla, arráncate el ojo, échalo lejos de ti” (para el cristiano babozon –el ungido-) o “la razón debe predominar ante todo, cual jinete de caballos salvajes” (para el platónico popular –Maslow-). Todas estas inconsistencias son herencia de una cultura que nos antecede, una cultura que no ha hecho mas que desequilibrar la balanza de la pasión/razón…durante siglos de escritura misógina la razón ha predominado, ha sido la favorita, ha disfrutado escupir en demasia, pero ahora, ahora todo ha cambiado, ahora la razón esta haciendo el amor con su, hasta hace poco, peor enemiga: el alma sensible, ahora nos será justo reclamar todo lo robado, todo lo coercionado. El mundo de los sentidos comprende pues lo siguiente:

Lo que todos saben:

1) Existe un cambio cultural: el mundo de los sentidos (predominio de la imagen, predominio de lo sensible, lo perceptivo, la cercanía, el roce)
2) Este mundo de los sentidos cultural, afecta a nuestros fenómenos afectivos –mundo de los sentidos interno- (somos mas vulnerables a las sensaciones, mas pasionales, odiamos y amamos más emotivamente, nuestra percepción comprende un mayor desarrollo)
3) Esto produce que el ser humano se desconozca, debido a que será mas justificado lo injustificado, la razón como justificadora de las travesuras de las pasiones (si odiamos, justificaremos nuestro odio con argumentos inviables y no verdaderos, la falsa razón o razon popular que le dicen–se vive la apariencia, el no ser-)
4) Integración de la razón y pasión; urge un sentimiento de conocimiento de sí, entonces ¿nos conocemos más en la coerción o en la expansión de nuestra pasiones?

Teoría:

1) El conocimiento se encuentra en la explosión y disolución del yo, es decir en el paroxismo de una pasión, de una emoción, sensación, y percepción. Cada palabra y cada hecho efectuado bajo una pasión es verdadera o al menos un camino que te lleva a la fuerza que te comprende, a tu esencia. (pasa lo mismo con el alcohol o drogas)
2) ¿que es mas óptimo entonces? ¿Reprimir, rechazar o apaciguar las pasiones, o ver lo que ellas nos tienen que decir, sufrir nuestras pasiones? Conocernos a nosotros mismos implica un minimun de placer y un maximun de sufrimiento. (de aquí que las pasiones sean utilizadas no como sensaciones por mí, sino que su uso gramatical obsoleto –pasión- implica el sentimiento trágico que siempre la ha comprendido).
3) Pero el sufrir la pasión, vociferar guturalmente, el insultar de manera descomunal, el amar con locura, el estallar en el llanto, el desparramarse de alegría; todo esto, en algún momento de la pasión, se agota, se calma, allí aparece la razón, que cual animal carroñero escudriña todo cuanto el odio, el amor, la alegria o el deseo hayan dicho ¿ahora ven la integración? COMPRENDER LA GENESIS DE TU PASIÓN, DE TUS SENTIMIENTOS. El resto se sigue de aquí, esto es solo el comienzo...

1 puntos de vista:

Anónimo dijo...

osea ke me llamas cristiano baboson... tssss fuera de aka pasional ridiculo... :)