La sensualidad y los parámetros de la verdad

Por: Eduardo Yalan Dongo


La verdad, la máxima ambición humana, la más rica escultura que nunca ha dejado de ser robada. Antes de reflexionar sobre los parámetros de la verdad y la vinculación de la sensualidad con respecto a la realidad, dejemos pasar una paradoja dentro de nuestra imaginación. Supongamos que vivimos en el tiempo del tímido Copernico, cerca de 1536 época donde se creía que la tierra era el centro del universo, como promulgaba el eunuco pensamiento cristiano. Pues bien pensemos que estamos caminando por aquellas calles italianas y se nos acerque el susodicho científico y nos diga “¿Usted cree verdaderamente que la tierra no se mueve?” Obviamente que nosotros contestamos que si, debido a que nosotros hemos visto que la tierra no se mueve porque si se moviera lo sentiríamos. Entonces el científico nos reclama diciendo “¡Como usted un ser tan ignorante se atreve a contestar que la tierra se mantiene quieta, ¡Cuan ignorante puede ser usted!” Hoy en día decir que la tierra no puede moverse seria visto por muchos como un reductio ad absurdum como una manifestación de lo imbecil, muchas personas, incluidos muchos filósofos, alaban tanto a la verdad que la convierten en una necesidad, esto hace que no haya cabida para nada mas, solo la verdad es digna ¿Pues que tanto hemos alabado a la verdad?

Dejemos nuestra imaginación volar y entendamos un poco: nosotros somos seres humanos que sentimos y percibimos. Nuestra percepción –dicen- nos engaña y nos dice que la tierra esta quieta, que la tierra no se mueve, o quizá que la cuchara se dobla cuando la ponemos en un vaso con agua; en ambos casos la percepción nos engaña, al menos asi lo dice la verdad. Siendo así, los sentidos nos engañan debido a que, como sabemos, existen normas físicas que las podemos considerar como parte de una verdad universal (como se refiere vulgarmente por allí), la percepción seria entonces un error. Este es el paramento al que me refiero, la percepción queda relegada de todo juicio debido a que no es verdadera, debido a que muchas veces está en contra con lo que sucede en el mundo objetivamente. Los doctos dirán que la percepción es entonces una falsedad, dirán que es tonta la persona que piensa que la tierra no se mueve. Esta es, sin duda una atrocidad contra la percepción, contra la sensualidad.

Es decir, la sensualidad, es decir los sentidos, la percepciones que poseemos de la realidad, no siempre son acordes con la magnánima “verdad”, puede ser que los juicios sensibles o las certezas sensibles, como diría Hegel, no sean las mas aptas para referir una verdad objetiva, pero si son parte de nuestra realidad. Lo que percibimos es valido para nosotros en la medida en que juega un papel en nuestra realidad. Al engreído Schopenahuer le hartaba este mundo de apariencia o de estupidez, a algunos le causa estupor máximo cuando escucha estas llamadas “estupideces” de la percepción. Pues digamos ahora, en nuestro actual contexto al que estamos sujetos, que la percepción cultural es la que predomina más que la razón objetiva, es más importante que la verdad dogmática ¿no es así acaso como se maneja nuestro mundo actual? Esto no quiere decir que valgan mas la una o la otra (¡atención!): ni la verdad ni las percepciones valen más o menos, ni tampoco son iguales; cada cual compensa el necesario rumbo de la realidad, cada cual es parte esencial de nuestra cultura y realidad.

Sensus assoupire! No debemos adormecer los sentidos, no dejemos que normas morales ni sobrevaloradas gobiernen nuestros juicios, si sentimos que la tierra no se mueve no es que sea un error perceptivo, ni tampoco una manifestación de la estupidez. Debemos entender que la percepción también es valida, que si bien la física nos dice que la tierra se mueve en el espacio en relación al Sol, esto no nos dice que debemos desechar nuestro juicio perceptivo, ¿necesariamente tiene que ser dialéctico el movimiento? Ambas nociones son validas, la de la percepción subjetiva y la de la verdad objetiva, asimismo, ambas nociones fueron las más dañinas en la historia, la primera se encargo de ocasionar el surgimiento de ideologías absurdas como el cristianismo, la segunda la que dio de lactar a las clases opresoras, la que fundo la represión.

3 puntos de vista:

Psicosis dijo...

Hey! me gusto el post! lei el link en el periodico de la UPC y me parece super interesante! Solo discrepo en su ateismo, pero con lo demas los felicito!

Juan Diego dijo...

yo soy sexy :)



y vendo tachos...



DdL: yo tb vi el link n l periódico
"oda a la upc"

Anónimo dijo...

Mi percepción va de la mano con mi conducta. Si esta vez te escribo, es porque estoy de acuerdo contigo.
Y si a ti me dirijo, pues recibe con cariño mis estilos.