Crónica de amor y la soledad


Por: Eduardo Yalán


Bueno, anestesiemos por un momento los lunes de filosofía rebuscada para muchos “inútil”, para que me permitan adentraré en un tema que me ha dado mucho que pensar estos últimos días, otra vez hablaré de un sentimiento que me parece totalmente “comercialón”; otra vez tocaré el tema del amor. Sentimiento jodido este el del amor, una muy buena amiga me lo describía como una enfermedad biológicamente peligrosa, y le doy la razón. Le doy razón porque ya no estamos en el colegio de razonamientos estériles, ¡por favor!, ya hemos crecido como para que nos digan que el amor es solo algo biológico o una respuesta de la oxitocina. Y digo que ya hemos crecido porque ¿de que vale que sepamos las ramas racionales/biológicas del amor? La verdad que preguntas como ésta solo contentan al más inseguro. Aquella persona que sufre un “mal de amor” y que se contenta con descifrar las causas lógicas de su “enfermedad” emocional es una persona que le teme a lo incompleto, a la nada, quiere que todo sea hermoso y que el hombre viva…. ¡pensamiento más cartesiano! Esa persona quiere estar atada a la seguridad máxima del mundo.

Por otro lado, una persona que es abandonada siente que le llevan un pedazo del alma que se arranca sin piedad (como bien dice la canción de Bebo y Cigala) se siente inseguro y solo en un mundo no conocido; el máximo pecado del hombre es ser gregario. Nos hartamos con la reflexión poética de nuestro amor desahuciado, queremos solucionar el problema con el objeto amado tratando forzosamente de arreglar las cosas con este pero no toleramos esos momentos de jolgorio emocional en la plena soledad. Les contamos a los amigos, a los parientes a los menos amigos, para que nos aguanten en nuestra descomposición interna, pero en realidad queremos no sentirnos solos. Soporten un minuto en su cuarto sin querer “arreglar las cosas” soporten y aguanten ¿no es horrible esa sensación? Ese dolor en el pecho desenfrenado, esa asma de remordimiento flameando en el pecho, ese calor interno desesperante. Pues ese es el momento en el que debemos de conocernos, no hablo de filosofar ni de agarrar un libro, sino de bucear en el lodo de nuestras emociones, insistir en descargar todo lo sentido y desembarcarlo en el puerto de la fetidez. ¡Que excelente manera de conocernos! No permitan ningun concejo racional: "si te ama debe actuar asi o asa", "si ella te ama entonces pata ti pata ta..." El amor es una enfermedad, pero también es una vedette, una mierda de dos patas, una obsesión, un neurotismo latente, una atracción… ¡que bello es el amor subjetivo! ese amor poético, que sería del amor sin esa cuota poética. Sin duda el amor esta conceptualizado, comercializado, pero al fin de cuentas poético, nunca se dejará de hablar del amor en la medida que esta cuota poetica/subjetiva exista y nos alimente.

Sin embargo, la vida no es amor, ni el amor mueve a la vida como lo dice mi estimado Jesús, el odio también es hermoso, la cólera, la ira repentina, y cada emoción es buena….ahora pregúntense…. ¿porque el amor es la vedette de las emociones? Siendo el amor una emoción gregaria, su reputación se basa en que las religiones la utilizan para mover a las grandes masas, pero aprendamos a admirar también al amor no-gregario esa flama que quema desesperadamente dentro nuestro, el amor solitario.

1 puntos de vista:

Anónimo dijo...

El amor es un enfermedad. uN ESTADO DE negaciòn me hizo explorar este tema, encontrandome con cosas desastrozas, desgarradoras y sublimes a la vez. ¿Habrà un arte para el desamor tb?