Digamos que estamos seguros cuan preocupante puede ser el 25 de diciembre para cualquier cristiano. Pensemos, por un momento, que toda la algarabía generada es una reacción ante el nacimiento de nuestro salvador, y ante su único intento de apoyo a la humanidad fallido, que aún agradecemos de manera ferviente. Sin embargo, esa no es la razón que moviliza las masas, y es lo que –personalmente- me apena.
Este blog ha tenido tendencias pretenciosas en cuanto al desecho de ideales religiosos, y pienso que épocas como ésta son las que me fundamentan, tiempos en la que la humildad del corazón humano y su perfil de seguidor agradecido hacia su dios han sido desechadas por la diarrea mercantilista y entrega total a las banalidades que la navidad carga. Lo preocupante de estos días, no son los momentos de agradecimiento sincero, ni las remembranzas de todos los capítulos del “Súper Libro” que nos enseñaron que el camino de la fe es el bienaventurado; todo lo contrario, veneramos al cerdo rosado de Papa Noel que viene cubierto de algodón a Lima y a sus renos de narices rojas en exceso de cocaína; tanto como las mamaratas terroristas y los regalos caros, todo para nosotros mismo. Perdimos de vista que un día como hoy puede encarnar la unificación del mundo.
Pero no es nuestra culpa, quizás porque dentro de nosotros entendimos que el mercado es la semilla negra de las festividades. Porque a fin de cuentas, no cabe duda científica que el día de la natividad concuerda en diversas religiones por el solsticio de invierno euro-asiático. Tampoco cabe duda que el calendario que nos regala San Fernando "la buena familia", y que nos asegura que la navidad cae el miércoles 25, es solo parte del Concilio de Trento que, en 1582, el Papa Gregorio XIII impuso como medida persuasiva -dogma publicitario- para acomodar algunas fechas litúrgicas. Todo es una perpetua estrategia de marketing. Sin embargo, los puntos mencionados no desechan la realidad en el nacimiento de Jesús de Nazareth –no way josé-, pero desecha la idea que el niño Manuelito deba apagar las velas hoy, 25...
...Jesús cumpliría 2008 años, y hasta la fecha no hay motivo para pensar que no continuará haciéndolo. El mundo sigue siendo parte de esta nostálgica conmemoración a uno de los personajes más importantes en la historia de la humanidad, aquel que propuso y trabajó la filosofía del amor, aquel que dividió la humanidad antes de él y después de él (A.C. – D.C.). Esta es una muestra de respeto al personaje, a quien Filoterario agradece por ser el protagonista más querido de todo libro existente, a su inminencia, a su importancia y a su sabiduría; a quien pongo a tela de juicio es a nosotros mismos, al público en general; bueno, y a Papa Noel, por venir de invierno mientras insisto en mantener mi ventilador prendido.
Este blog ha tenido tendencias pretenciosas en cuanto al desecho de ideales religiosos, y pienso que épocas como ésta son las que me fundamentan, tiempos en la que la humildad del corazón humano y su perfil de seguidor agradecido hacia su dios han sido desechadas por la diarrea mercantilista y entrega total a las banalidades que la navidad carga. Lo preocupante de estos días, no son los momentos de agradecimiento sincero, ni las remembranzas de todos los capítulos del “Súper Libro” que nos enseñaron que el camino de la fe es el bienaventurado; todo lo contrario, veneramos al cerdo rosado de Papa Noel que viene cubierto de algodón a Lima y a sus renos de narices rojas en exceso de cocaína; tanto como las mamaratas terroristas y los regalos caros, todo para nosotros mismo. Perdimos de vista que un día como hoy puede encarnar la unificación del mundo.
Pero no es nuestra culpa, quizás porque dentro de nosotros entendimos que el mercado es la semilla negra de las festividades. Porque a fin de cuentas, no cabe duda científica que el día de la natividad concuerda en diversas religiones por el solsticio de invierno euro-asiático. Tampoco cabe duda que el calendario que nos regala San Fernando "la buena familia", y que nos asegura que la navidad cae el miércoles 25, es solo parte del Concilio de Trento que, en 1582, el Papa Gregorio XIII impuso como medida persuasiva -dogma publicitario- para acomodar algunas fechas litúrgicas. Todo es una perpetua estrategia de marketing. Sin embargo, los puntos mencionados no desechan la realidad en el nacimiento de Jesús de Nazareth –no way josé-, pero desecha la idea que el niño Manuelito deba apagar las velas hoy, 25...
...Jesús cumpliría 2008 años, y hasta la fecha no hay motivo para pensar que no continuará haciéndolo. El mundo sigue siendo parte de esta nostálgica conmemoración a uno de los personajes más importantes en la historia de la humanidad, aquel que propuso y trabajó la filosofía del amor, aquel que dividió la humanidad antes de él y después de él (A.C. – D.C.). Esta es una muestra de respeto al personaje, a quien Filoterario agradece por ser el protagonista más querido de todo libro existente, a su inminencia, a su importancia y a su sabiduría; a quien pongo a tela de juicio es a nosotros mismos, al público en general; bueno, y a Papa Noel, por venir de invierno mientras insisto en mantener mi ventilador prendido.
1 puntos de vista:
Que genial, no haz podido atinar mejor...Excelente critica, ya todo lo haz dicho tu. sin emabrgo, la adoracion de jesus en navidad...No crees que tambien es un tipo de mercantilismo primitivo de la iglesia cristina. Es decir, ¿podriamos decir con todo el descaro que el nacimiento de Jesus un 25 de diciembre (fecha presunta no real)es una fecha que se enfoca unicamente en la publicidad de una sola religión que ha monopolizado al mundo...?
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