El amo y el esclavo: reflexiones post-hegelianas




Por Eduardo Yalán Dongo

En el capítulo de la autoconciencia (Selbstbewuptsein) del libro, La fenomenológica del espíritu, GWF Hegel escribió lo que se convertiría en la más polémica y debatida forma del entendimiento humano: la relación del opresor y el esclavo. Deseo detenerme en puntos principales de esa teoría evitando la explicación total de la misma.

En un primer punto Hegel dice que la relación de las dos autoconciencias del amo y el eslavo se encuentran en una lucha constante por el reconocimiento (punto que rescataría Francis Fukuyama en su mal criticada El fin de la historia y el último hombre). Es decir, que el opresor ha ganado un cierto reconocimiento, pero dicho reconocimiento (thymos) ha resultado meritorio (ha sido su justo premio) debido a la previa lucha sostenida entre el ahora esclavo y él.

En un segundo punto, Hegel dice que la ventaja del opresor es la de dominar completamente al trabajador; su goce es ser el que decide las ordenes y el que somete (es el opresor el que a través de la razón controla la realidad y por ende al individuo esclavo). Asimismo, Hegel diría que la aparente desdicha del esclavo se torna en esperanza dialéctica si es que pensamos en el futuro del eslavo, una ventaja frente a su amo, y una esperanza para convertirse él mismo en dominador: la ventaja es que, al contrario del amo, el esclavo conoce su trabajo de cerca. Es el esclavo el que sufre y es el esclavo el que conoce cómo salir de ese sufrimiento (con respecto a esto, Nietzsche decía que únicamente el individuo que sale de la mentira es aquel que la ha padecido). Esta postura fue tomada en cuenta por el movimiento negador marxista que introdujo una visión radical indignándose de que exista un opresor y un esclavo; el marxismo comunista quería deshacerse de la propiedad y del único (del dominador).

¿Pero que nos evoca todo esto? Bueno, al parecer, y si seguimos la tesis nietzscheana de que la vida es voluntad de poder, entonces podemos afirmar que nuestra vida se encuentra sujeta a una relación de amo y esclavo; es decir: o somos sometidos o nos someten. Pero esta relación no se restringe al plano exterior, al plano social, también somos sometidos por procesos afectivos. Pues bien a veces el amor, el odio, la venganza e incluso la alegría someten a nuestra razón y nos convertimos en “esclavos”, en sometidos. Sin embargo existe un problema: al pensar que somos “esclavos” y sometidos sentimos que nos quitan reconocimiento y/o conciencia, entonces catalogamos a nuestros opresores como perversos (malos, para hablar en cristiano) y los negamos totalmente. Entonces a través del conocimiento de nuestro trabajo (a través de nuestra exigencia de cordura y de intelecto) sometemos al ser “malo” que nos oprime (a las afecciones o individuos sociales), lo que genera una estricta coerción: represión.

La represión es negación, la contradicción también es una represión y tal como nos enseño los viejos Freud, Jung y Lacan; la represión es el veneno del alma. Entonces, la dialéctica del amo y del esclavo no debe ser comprendida, actualmente, como una supresión y no integración de un polo (amo o esclavo), la praxis es la afirmación y no la negación de algo, actuamos afirmando y no negando; “la lucha -dicen los marxistas de quilca, los chomskianos ollantistas, los intelectuales negadores de emociones, o los antiimperialistas rasca panzas- se basa en la negación, en suprimir la clase opresora”, pues he allí su error: pues debemos matar y no encerrar en el closet. Tanto nuestras afecciones (hoy por hoy en el mundo de los sentidos) como los “tiranos imperialistas” funcionan como opresores, lo cual debe ser una buena excusa para que nuestra razón (ahora, en el mundo de los sentidos, sometida) como nuestra cultura tercermundista busque una integración, ¿Qué es eso? Una comprensión, un pulir la mente, dejar de valorar sobre causas y efectos que merecen ser fusionados.

A continuación el más pelotudo, promiscuo represor, alienante escribal, negador de la cultura, historicista con duras hemorroides, el pseudo filósofo “José Pablo Feinmann”, aquel que cree que la mentalidad escribal todavía es la dominadora de nuestra sociedad, pues señor: estamos en el mundo de la estupidez, !estamos en el mundo de los sentidos!

4 puntos de vista:

Anónimo dijo...

el escriir mal es parte de la cultura electronal.....!

Anónimo dijo...

el blog es la manifestacion del avance tecnologico. el filosofi lo trata desde un punto de vista intelectual desde la imagen intelectual y no sensible. Le da cola que los blog existan porque democratizan la informacion...pero, ¿no es esto una postura historicista?

Anónimo dijo...

ahora, leer a Borges o a crotazar te hacen ser mas importantes?...no va auna feria del libro proque la gente lee mundanerias? a caso no es esto una herencia marxista de la mercaderia y del dinero?

Anónimo dijo...

el hecho que la gente insulte mucho en los blog o en cualquier aprte de internet es una manifestacion de lo que es le mundo de los snetidos. EL insultar implica una afeccion, una emoción que se manifiesta en demasia por el avance tecnologico.